Cuentos escritos desde la contemplación admirada y atenta a las apariciones poéticas en medio de la vida moderna. Con delicadeza, humor y vivacidad, sus descripciones son como fotos de la conducta humana y revelan, con narración sutil, la belleza y bizarría de personajes, lugares y seres puestos en la constante mudanza que es la vida. En Señora Grande se juega a mirar con inocencia la oscuridad y con oscuridad la inocencia, dos ojos equilibrados que enfocan las afirmaciones de la existencia y que pestañean con gracia y ternura.
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